Vigilancia con reglas: el nuevo juego para las empresas de seguridad privada

En medio de una reforma sin precedentes al sistema de seguridad ciudadana, las empresas de seguridad privada se encuentran en plena transformación. Desde la entrada en vigor de la Ley N° 21.659, el sector ha pasado de operar con normas laxas y poca fiscalización, a someterse a una regulación estricta que redefine sus funciones, límites y responsabilidades.

Este nuevo marco legal establece que ninguna empresa puede ofrecer servicios de vigilancia sin estar inscrita en un registro nacional controlado por el Ministerio del Interior. Además, sus trabajadores deben cumplir con estándares formativos específicos y demostrar habilidades que antes ni siquiera eran exigidas, como conocimientos legales básicos, manejo de crisis y protocolos de evacuación.

Una de las innovaciones más relevantes es el reglamento especial para eventos masivos, aprobado en febrero de 2025. Ahora, cada espectáculo deportivo, concierto o feria debe contar con un plan de seguridad autorizado que contemple cantidad mínima de guardias, distribución estratégica y coordinación directa con Carabineros. El incumplimiento puede traducirse en multas de hasta 1.000 UTM o la cancelación del evento.

Desde el gobierno, la subsecretaria de Prevención del Delito, Carolina Leitao, ha declarado que esta ley “no solo busca ordenar el mercado, sino también proteger a los ciudadanos de operadores informales o deficientes”.

El desafío ahora está en la implementación. Muchas empresas medianas y pequeñas han tenido que invertir en capacitación y modernización de sus sistemas, enfrentando una etapa de transición que, aunque difícil, promete un salto cualitativo en la calidad del servicio.

En paralelo, se espera que la nueva normativa también contribuya a reducir la carga sobre las fuerzas policiales, permitiendo que los privados se hagan cargo de tareas de resguardo complementarias —pero ahora, bajo la lupa del Estado.

Con esta nueva legislación, el país no solo pone orden en un sector clave, sino que abre la puerta a una seguridad más profesional, transparente y, sobre todo, más confiable para todos.